Hazte un regalo, que sabes que te lo mereces. Es más, compra más de uno y regálalo. Regálaselo a tu pareja, a tus padres, a tus hermanos... o también se lo puedes regalar a algún ser querido. Regálaselo a un amigo o, por qué no, a un enemigo (para recuperar aquella vieja amistad). Regálaselo a tu compañero de trabajo, a tu jefe, a tu vecino, a tu profesor, a tu entrenador, a tu médico, a tu abogado, a tu peluquero, a tu carnicero, a tu panadero, a tu frutero, a tu verdulero, a tu pescadero, a tu fontanero, a tu electricista, a tu mecánico, a tu albañil, a tu pintor o a tu jardinero. Regálaselo a tu perro, a tu gato, a tu canario, a tu pez, a tu tortuga, a tu hámster, a tu conejo o a tu cobaya. Regálaselo a tu abuela, a tu abuelo, a tu tía, a tu tío, a tu primo, a tu prima, a tu sobrino, a tu sobrina, a tu cuñado, a tu cuñada, a tu suegro, a tu suegra, a tu yerno, a tu nuera. No esperes a que te lo regalen, el mundo se ha vuelto muy egoísta. Rompe el círculo y regálalo tú.